Pasó Sócrates a la historia del pensamiento humano hace más de 2.000 años por una sentencia fuertemente contradictoria y descorazonadora al afirmar que él “sólo sabía que no sabía nada”.
Hoy, tal vez no exista nadie en el mundo con un carácter lo suficientemente sentimental y optimista como para aceptar que una afirmación de estas características constituya una de las cumbres máximas del conocimiento humano.
¿A qué invitaba la reflexión más famosa de Sócrates? ¿A la ignorancia? ¿A la desesperación? ¿Acaso era un graznido filosófico de profunda desesperanza y amargor?
Lo cierto es que, en los últimos tiempos, la enrarecida corriente anímica que recorre el interior del núcleo social, ha plagado el inconsciente ideológico de un profundo sentido de la desorientación.
¿Seguimos sabiendo que no sabemos nada?
Disponemos de más información que nunca, los medios de comunicación constituyen grupos periodísticos estables con capacidad para dar cobertura instantánea y global de la actualidad, y al mismo tiempo se desarrollan más canales alternativos de diversa línea editorial a los que accede constantemente la mayoría de la sociedad del mundo occidental.
No sabemos, como diría Sócrates, si todos estos nuevos condicionantes favorecen un espíritu más crítico o no por parte de los individuos de la colectividad, pero en lo que aquí y ahora respecta, en el espacio de un blog de economía, podemos permitirnos de vez en cuando “saber”, con permiso de Sócrates y de no caer en un ligero tono de presuntuosidad.
Quizá no importe si lo que uno sepa sea cierto, bueno, justo, moral o vulgar. O quizá sí y entonces sea ésta, tal vez, la encrucijada con la que se topaba repentinamente el antiguo filósofo griego en representación del conjunto de la humanidad.
Pero centrándonos cada vez un poco más en el auténtico objetivo de esta reflexión, vayamos directos al análisis de la porción gráfica de información económica mostrada.
Como todo el mundo habrá advertido recientemente en cualquier medio de comunicación que se precie, el turismo parece la última esperanza en España para escapar de la crisis nacional. Es de sobras conocido que dos de las comunidades que más ingresos obtienen del turismo en este país son las Islas Canarias y Baleares.
Pongamos ahí, por tanto, el crecimiento económico y la tasa de paro de la islas del Atlántico en los ejercicios 2009, 2010 y 2011.
Hemos elegido a la comunidad autónoma de las Islas Canarias porque fue, conforme a los últimos datos publicados por el INE, la que mayor crecimiento experimentó en el conjunto de España en 2011 (2,1%), al mismo tiempo que, atención, también fue la que mayor tasa de paro tuvo en el mismo año de todas las autonomías (29,7%).
Tal y como puede apreciarse en el gráfico, en el que se han incluido dos escalas distintas a izquierda y derecha para posibilitar el análisis conjunto de ambas variables, la economía canaria fue recuperándose de 2009 a 2011 conforme aumentaba su tasa de desempleo (…).
¿Quería presentarnos alguien al turismo como la vieja gloria que iba a rescatarnos del desastre nacional?
¿Qué validez tiene una economía en la que se puede crecer sin necesidad de absorber a trabajadores del mercado laboral?
¿Qué validez tiene la metodología de cálculo que utiliza el INE en la elaboración de sus publicaciones?
¿De qué sirve este crecimiento si posteriormente la importancia y la evolución de la recaudación del impuesto de sociedades se deteriora cada vez más en la composición global del sistema fiscal y tributario?
¿Y tú que opinarías Sócrates?
Yo opino que en realidad a nadie le importa un comino la tasa de paro si tiene su trabajo asegurado. Y a determinados EMPRESARIOS sólo les importa llevar adelante su NEGOCIO, sin entrar en consideraciones como las que se puedan hacer en un BLOG DE ECONOMÍA, lógico o no, como la vida misma.
ummmm….esto se parece a un cadaver con muy buena salud… 🙁
Si la política económica que han puesto en marcha es la de crecer así para poderles luego pagar el subsidio a todos los desempleados, han afinado bastante, pero que bastante bien…