Basta ya. La verdad no se puede manipular hasta la saciedad. Escuchar que España ha creado empleo y riqueza social durante la legislatura actual es una infamia de dimensiones grotescas. Se podrá poner toda la población activa de España a trabajar de Papá Noel durante la Navidad. Acercarse la enésima campaña temporal a maquillar las cuentas de la Seguridad Social. Sonar la enternecedora melodía de la Lotería Nacional, incluso. Pero la realidad es que hay menos empleo. Menos riqueza social. Más paro estructural. Más trabajos caracterizados por la precariedad y la parcialidad. Menos dinero en el Fondo de Reserva de las pensiones (y el que queda, está invertido en deuda pública). Menos inflación también, o lo que es lo mismo, más deflación, por mucho que esto último suene peor. Pensasteis, porque os mintieron, que quienes gobernasen optarían por más empleo aunque eso supusiese inflación. Error. Escogieron el paro a la inflación. Os hicieron creer, otra más, que no tendríais opción. Que aceptar un trabajo de 20 horas a la semana y hacer el resto de horas “en negro” o sin cobrar sería vuestra única solución. Mentira. Hoy, cuatro años más tarde, si juntásemos todo el trabajo que hay en España, parcial y no parcial, y lo computásemos en “jornadas completas”, resultaría que durante todo este tiempo no se habría – no se ha– creado un solo empleo. Peor; porque la realidad estadística del INE indica que se han destruido 600.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.