Abríamos la semana en el blog con uno de los últimos misterios sobre la economía española que planteaba el senador del PSOE, Ricardo Varela, en relación a las incompatibles evoluciones interanuales experimentadas en septiembre de 2013 por las variables económicas “paro registrado” y “afiliación a la Seguridad Social”.
El planteamiento, muy sencillo, partía de la base de la extrañeza causada al observar cómo los aumentos del paro registrado (tal y como se puede observar en el gráfico inicial) no se producían en paralelo a los decrecimientos a la afiliación a la Seguridad Social.
Aunque la sincronía de esta correlación no sea siempre exacta en ciclos económicos estables – sólo en aquéllos en los que circunstancialmente pueda aumentar el desempleo y la afiliación- la situación de crisis que ha padecido la economía española en los últimos años confirma con total claridad la generalidad de esta intuitiva correlación; que ante significativos aumentos del paro registrado, la afiliación de trabajadores a la Seguridad Social experimenta un decrecimiento paralelo con signo inverso.
¿Es que acaso un significativo porcentaje de la sociedad española habría caído en situación de desempleo en los últimos años y al mismo tiempo se habría estado generando empleo en la economía española y por lo tanto una afiliación creciente a la Seguridad Social? Pues no. En el mundo de “Montoro en el país de las maravillas” a lo mejor sí, pero en éste, el real, en el que para mucha gente las leyes de la física y la economía forman parte de una misma realidad, no.
Retomando lo que comentábamos en el artículo anterior, el senador del PSOE, Ricardo Varela, había observado que en términos interanuales, es decir, comparando las cifras del paro registrado y las de afiliación a la Seguridad Social entre septiembre de 2013 y septiembre de 2012, había aparecido una gran contradicción que dejaba un desagradable interrogante como principal conclusión. De su análisis resultaba que el paro registrado había aumentado 19.076 personas en la economía española (4.724.355 – 4.705.279), mientras que la afiliación a la Seguridad Social, en lugar de experimentar una variación similar en sentido inverso, decrecía sí, pero en una cuantía absolutamente desproporcionada: un total de 553.342 personas menos en los registros de afiliación a la Seguridad Social (16.305.445 – 16.809.803).
Ahondando en esta línea e investigando las variaciones interanuales registradas en cada uno de los meses de septiembre de los últimos nueve años, esta contradicción sólo salía a colación en 2013 tal y como se puede ver en el siguiente gráfico:
De manera que gracias al senador del PSOE el asunto fue tratado en la sesión de control del martes y todo lo que se supo posteriormente a este respecto estuvo resumido en esta nota de prensa en la que, como se puede comprobar, la Ministra de Empleo, Fátima Báñez, en lugar de entrar a matizar directamente la cuestión, se limitó a puntualizar que la metodología de cálculo de los datos de paro y afiliación de trabajadores de la economía española ya se empleaba con el gobierno anterior. Penoso.
Pero la cuestión no quedó ahí. La señora ministra ofreció datos sobre el mercado de trabajo de la economía española.
En concreto, la ministra aportó lo datos de la derecha, quedando en el margen de la izquierda los datos “puros y duros” de los registros del Ministerio de Empleo y la Seguridad Social.
Nadie, como decíamos, le pidió a la señora ministra que proporcionase datos sobre el aumento del paro y la afiliación entre enero y septiembre de 2013 y 2010. Ni tampoco que los datos aportados lo fuesen en términos desestacionalizados. Al revés, se le pidió que aclarase una cuestión muy concreta y no precisamente que se diese una vuelta por los cerros de Úbeda.
Imagínese que a Montoro le hubieran pedido los datos de recaudación del IVA en España en 2008 y acto seguido realizase su intervención con los del Impuesto de Sociedades de 2006. Imagínese que al día siguiente se produjese un ejemplo similar, y así constantemente a lo largo de toda la legislatura.
Sí, tal vez antes de que a alguien se le hubiese ocurrido aquello de que “si el Senado no existiese habría que inventarlo” hubiese estado bien llamar a un tal Bartleby, el escribiente, para que le hubiese dado tiempo a decir: “Preferiría no hacerlo”.
Además de las explicaciones obvias debidas al recorte de prestaciones y de políticas activas, qué benefcio tiene alguien que se inscribe si no tiene derecho a prestaciones, existe una manipulación de datos por el PP. En el gobierno de Aznar utilizaban la clave 43, servicios previos al empleo. En Galicia han dicho que personas que estaban en orientación, clave propia S-698, estaban en formación. clave 621, por lo que muchos no computaban al paro registrado. La afirmación de Bañez sobre la estadística de su Ministerio es más falsa que los ejemplos utilizados.