Artículo escrito Por David López Belanche, profesional de las Finanzas y Executive Master in Finance por IE Business School

Tres cosas no faltan nunca cuando llega el tramo final del año: el Adviento, las Navidades y las campañas de los dichosos Planes de Pensiones. Productos muy interesantes a nivel fiscal, muy rentables para los Bancos y Aseguradoras, pero sobre todo, útiles si se comienza a ahorrar a tiempo. Pero vayamos al quid de la cuestión: ¿Es sostenible el Sistema Nacional de Pensiones español? La respuesta es clara. Tal y como lo conocemos, NO.

Un hecho es irrefutable, y es el envejecimiento de la población española. Pero claro, vamos al detalle: ¿qué generaciones están envejeciendo? Las gráficas piramidales tienen la respuesta.

Pirámides Población España

¡Eureka! El Baby Boom español de la década de los 60 es el “culpable” de la futura insostenibilidad del Sistema de Pensiones. El punto crítico se espera entre el 2040 y 2050, cuando esa generación entre en su grado máximo de dependencia. Mi punto de vista es que será un problema que requerirá un cambio de modelo, pero no tan extremadamente urgente como nos quieren hacer creer. Hay tiempo hasta el año 2020 o 2025, pero sí o sí habrá que cambiar de modelo. La otra opción sería recortar -y mucho-.

El Sistema actual se mantiene con las cotizaciones, lo que usted cotiza hoy, no es para su pensión, es para la de su padre, que la está cobrando hoy. Las reformas realizadas han incrementado el periodo de cotización para el cálculo de la base reguladora de las pensiones, que en la práctica significa una reducción de las pensiones de jubilación. No se va al problema raíz, no se cambia el sistema. Se dilata el problema, sin solucionarlo.

¿Hay solución posible? Sí, si hay voluntad política. Cambiemos el Sistema. Parece casi seguro que vamos hacia un Sistema mixto, o lo que es lo mismo, obligar a los trabajadores a que se hagan un plan de pensiones privado. Solución liberal. Pero últimamente, varios economistas sugieren que las pensiones dejen de ser sufragadas por la Seguridad Social, y vayan directamente a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, es decir, que las pensiones se paguen vía impuestos, como sucede con la Defensa, Sanidad o Educación. Solución antiliberal. Esto supondría mayor carga fiscal o más déficit para el Estado. ¿Qué hacer entonces?

Personalmente, no lo sé, no tengo una bola de cristal, y si llevamos 30 años discutiéndolo, por algo será. Sólo tengo clara una cuestión. Dentro de 10 años, los gobernantes tendrán que haber elegido entre subir las cotizaciones, forzar el ahorro privado a la ciudadanía, subir los impuestos (especialmente a aquellos que no pagan o pagan poco) o aumentar el déficit del Estado. Y esto, como todo, son decisiones políticas. En las próximas dos legislaturas, nos jugamos nada más, y nada menos, que los próximos 50 años… Solo les pido una cosa: Gobierne quien gobierne, háganlo pensando en el bien común, ¡por favor!