Alarma y desconcierto económico. Esto es lo que ha añadido la última proyección del FMI para la Zona euro tras la reciente publicación de un estudio que prevé una crisis de desempleo nueve veces superior en España con respecto a Alemania.
Dicho estudio, del que la mayoría de los medios económicos se ha hecho eco, apunta a caídas generalizadas del PIB en las cuatro primeras economías europeas, de entre el 7% y el 9% para el año 2020.
Sin embargo, en relación a los efectos que estas caídas podrían generar en el mercado laboral de cada economía, el FMI proyecta diferencias abismales. Así, en Alemania la presumible caída del PIB – de un 7%- originaría un aumento de su tasa de población desempleada de 0,7 puntos, mientras que en España el descenso proyectado del PIB -8%- ocasionaría un aumento de 6,7 puntos en la tasa de desempleo, un aumento más de nueve veces superior al de Alemania.
El brutal y desconcertante aumento del desempleo en España con respecto a Alemania adquiere una magnitud más alarmante al observar la desigualdad de los efectos que prevé el FMI no en las variaciones sino en los niveles concretos de tasa de paro en ambos países.
De esta manera, mientras en Alemania el porcentaje de población económicamente activa sin trabajar en 2019 fue del 3,2% y tras la crisis del COVID-19 esta tasa se elevaría tan solo hasta el 3,9% en 2020, en España el escenario contemplado supondría pasar de una tasa de desempleo del 14,1% en 2019 a otra del 21% en 2020, originando, de nuevo, tras el reciente precedente de la década del 2010, realidades económicas y sociales absolutamente injustas, dispares y abismales dentro de la Unión Europea.