1º-Calcular los distintos tipos de interés que han estado vigentes desde la firma de la hipoteca, como suma de las distintas revisiones históricas del Euribor cada 12 o 6 meses (según lo estipulado en el contrato hipotecario) y el diferencial establecido por la entidad financiera. En el gráfico inicial se puede observar un ejemplo de préstamo hipotecario con cláusula suelo aplicada desde el año 2010.

– Conocer el dato de la cláusula suelo, es decir, el tipo de interés mínimo aplicado por el banco cuando la fijación del tipo de interés anual -o semestral- se sitúa por debajo del suelo fijado en el contrato hipotecario. En el ejemplo de la gráfica se observa un suelo del 4%.

3º- Conocer el importe de la hipoteca concedido por la entidad financiera y el plazo de devolución. Supongamos un capital hipotecario de 150.000 euros a devolver en 30 años o, lo que es lo mismo, en 360 mensualidades o cuotas.

4º- Calcular las cuotas de la hipoteca que deberían haberse pagado de no haber existido la cláusula suelo. En el ejemplo propuesto la suma anual de las cuotas de los ejercicios comprendidos entre los años 2010 y 2016 habrían ascendido a 8.032, 8.312, 8.560, 7.534, 7.525, 7.336 y 7.163 euros, respectivamente.

5º- Y último. Calcular las cuotas pagadas por aplicación de la cláusula suelo desde el año 2010 y hallar el exceso pagado como diferencia entre estas y las cuotas calculadas en el punto anterior para conocer el importe de la devolución. En el ejemplo, la suma anual de las mensualidades con cláusula suelo asciende a 8.741 euros cada año, por lo que la diferencia entre esta anualidad y las que deberían haberse pagado -las calculadas en el punto 4º- asciende a 6.721 euros.

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