Empecemos estas crónicas inmobiliarias sobre la economía española analizando el porcentaje de empleo que absorbían la construcción y las actividades inmobiliarias de España en el año 2008, un 11,9% y un 1,1%, respectivamente.
Y prosigamos comparando estos datos con el porcentaje de VAB (Valor Añadido Bruto; Producto Interior Bruto menos los impuestos netos sobre la producción) que aportaba cada una de estas ramas de actividad al Valor Añadido Bruto total; un 8,6% y 8,2%, respectivamente.
Resulta obvio así que las actividades inmobiliarias no contribuían a la creación de empleo de la misma manera en la que lo hacían al PIB español.
Este gran desequilibrio, o incluso si se prefiere, gran anormalidad, puede apreciarse aún con mayor claridad conociendo que la principal rama de actividad de la economía española, el comercio, aportaba el 25,3% del VAB, además del 27,7% del empleo total del mercado laboral.
Así, mientras con los excedentes brutos de explotación y la remuneración de los asalariados del sector comercial era posible construir, estadísticamente hablando, un ratio de 1 a 1 (en números redondos), en el caso de las actividades inmobiliarias dicho ratio estadístico se disparaba hasta un valor de 14 a 1 (los excedentes de las actividades inmobiliarias eran catorce veces superiores a las remuneraciones salariales del sector).
Pero la realidad es tal que para posibilitar un gran desequilibrio en una determinada economía nacional – “desequilibrio”, si hablamos en términos macroeconómicos, “excelente oportunidad en los mercados”, si lo hacemos en términos anarcocapitalistas– se requiere la colaboración de las entidades de crédito en lo relativo a sus servicios de financiación (que, por cierto, también generan excedentes brutos de explotación).
La siguiente gráfica muestra el valor del crédito en circulación destinado a cada una de las actividades productivas de la economía española.
¿Cuál es la actividad productiva número 8 representada en el gráfico?
La respuesta a esta pregunta la adelantamos recientemente en Facebook y Twitter y obviamente alude a las actividades inmobiliarias, cuya cuota de crédito vivo en el total del crédito destinado a las distintas actividades productivas de España alcanzaba casi un tercio en el año 2008.
¿Datos actualizados?
Al cierre de 2013, la cuota de crédito vivo del sector inmobiliario seguía por encima del 25% del total, constituyendo, todavía, el principal destino receptor en el ranking de actividades, por delante de la industria, el comercio o el sector público.
Un último aporte; en 2012, último año para el que existen estadísticas por ramas de actividad de la contabilidad nacional elaborada por el INE (Instituto Nacional de Estadística), el ratio “excedentes brutos de explotación/ remuneración de asalariados” del sector de las actividades inmobiliarias era de 17 a 1.
¿Quién pensaba que las crónicas inmobiliarias de la economía española no seguían estando de plena actualidad?