“Creo que hay una gran cantidad de indicios de que pronto podríamos estar en recesión”. Estas fueron las palabras de Ben Bernanke, expresidente de la Reserva Federal (Banco Central de EEUU), en enero de 2008, cuando EEUU ya estaba sumida de lleno en la peor crisis económica después de la Gran Depresión.
La Reserva Federal es el equivalente al Banco Central Europeo en EEUU. Si algo comparten en común, es que ninguno vio venir la crisis financiera que se cernía sobre nuestras cabezas. Por tanto, es el órgano encargado de regular la política monetaria del país, y, a diferencia del BCE, cuyo único objetivo es mantener los tipos de interés en torno al 2%, la FED tiene como objetivo maximizar el empleo, estabilidad de los precios y sostenibilidad de los tipos de interés a largo plazo. Es decir, crecimiento Vs inflación.
Esto que acabo de comentar es un matiz muy importante, ya que la flexibilidad de la que goza la FED no es comparable a la rigidez del BCE. Recién iniciada la crisis en EEUU, la FED inyectó 2 billones de dólares a su economía. EEUU acababa de entrar en Urgencias y todas las partes implicadas (gobierno federal, Congreso y la propia FED), pusieron toda la carne en el asador para tratar de sacar al enfermo del coma.
Sin embargo en Europa, a diferencia de EEUU, se empezaron a implementar medidas mucho más tarde, a pesar que desde el principio se sabía del efecto contagio de la crisis.
De entre todas las medidas tomadas por la FED desde que se originó la crisis, bajo mi punto de vista, la más importante, y por lo que ahora estamos en situaciones completamente diferentes EEUU y Europa, han sido los Quantitative Easing (QE), que no es otra cosa que la compra masiva de bonos del tesoro, con el único objetivo de inyectar en la economía una ingente cantidad de dinero, para favorecer la reactivación económica.
La FED comenzó los QE a finales de 2008 y aún hoy siguen vigentes. Adicionalmente, a finales de ese mismo año ya había reducido los tipos de interés al 0-0,25%. El BCE comenzó su particular QE en marzo de 2015. Así mismo, la FED inyectó de una sola vez 4 billones de dólares, mientras que el BCE comenzó con una inyección de 1,1 billones de euros en un plazo de 19 meses.
¿Qué efectos ha tenido este QE en EEUU?
- Inyectar dinero en la economía real rápidamente, fomentando una activación económica que ha hecho disminuir la tasa de paro en EEUU.
- El PIB de EEUU ha sufrido una menor caída que el PIB de la Eurozona.
- Evitar que los tipos de interés y la inflación se desplomen. El problema es que el BCE ha empezado a tomar medidas demasiado tarde, cuando ya el problema de una incipiente deflación estaba presente, mientras que la FED tomó todas las medidas al principio de la crisis, mucho antes de que ésta tuviera una incidencia mayor sobre inflación y tipos de interés.
He de reconocer que, bajo mi punto de vista, la FED lo ha hecho bastante bien. Tomó las decisiones en el momento correcto, con decisión. Tanto la bajada de tipos de interés como los QE han provocado que el dólar haya estado artificialmente muy bajo durante estos años, algo que permitido mantener la competitividad del país.
La situación actual la podría comparar a una carrera de ida y vuelta, en el que el BCE está llegando al final de la ida, y la FED ya está a la mitad de la vuelta. A mediados de diciembre de 2015, la FED subió los tipos por primera vez desde 2006, ya que los datos de inflación y una buena tasa de desempleo invitaban a ello.
Para 2016, estaba previsto que seguirían esas subidas graduales, si bien es cierto que, viendo que al otro lado del charco, las medidas del BCE son de dudoso éxito, la FED ha decidido relajar esa subida de tipos.
No obstante, me veo en la obligación de “echar un capote” al BCE. Si bien es cierto que la FED ha tomado medidas mucho más rápidas, es cierto que este órgano goza de una mayor flexibilidad a la hora de tomar decisiones, ya que el BCE tiene una estructura mucho más rígida, debido a la estructura y organización que tienen uno y otro.
Por tanto, los bancos centrales han tenido, y tienen, un papel importante en esta crisis de la que aún no terminamos de salir. Es importante que demos a estos bancos la importancia que tienen, ya que, independientemente del Gobierno de turno, son los que deciden si estimulan o ralentizan el crecimiento económico, así como tienen la capacidad de modificar las expectativas de los agentes económicos. Sólo tenemos que ver cómo reacciona la Bolsa cuando Draghi (Presidente BCE), o Yellen (Presidenta de la FED), ofrecen algún titular a la prensa, por medidas que toman o que piensan tomar.
Eso sí, se puede ver, a toro pasado, las dos estrategias seguidas por cada uno de estos Bancos Centrales. Como hemos comentado anteriormente, mientras la FED ha implantado unas políticas económicas más expansivas (reducción rápida de tipos de interés, QE, etc), el BCE ha estado llevando políticas más cercanas a la ortodoxia monetaria (¿Alemania tendrá algo que ver?), al menos en relación a lo tardío de las decisiones tomadas.
Es un tema complejo, en el que valorar si la FED o el BCE lo están haciendo bien, sólo el tiempo lo dirá. A día de hoy parece que las políticas de la FED están siendo más efectivas que las del BCE. Es más, Europa está en tipos del 0%, el BCE lleva bastante tiempo comprando deuda soberana, y, actualmente, ha comenzado a comprar deuda corporativa de empresas privadas (¿esto soluciona o fomenta más un mercado especulativo como el que estamos?).
Es más, hay voces que ya están hablando de un helicóptero monetario por parte del BCE, que no sería otra cosa que inyectar dinero directamente en la cuenta corriente de los ciudadanos, ya que parece ser que las actuaciones llevadas hasta la fecha por dicho banco no están logrando su principal objetivo, que el dinero llegue a las familias y empresas, a la economía real. Es más, en mayo de este año la tasa interanual de inflación en la Eurozona se ha situado en el -0,1%.
Ahora bien, ¿creéis que esta medida sería efectiva? ¿Qué más actuaciones podría llevar a cabo el BCE para reactivar la deprimida actividad de la Eurozona?