¿Cuánto ingresa la Zona euro por el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), es decir, cuánto recauda la Eurozona por el consumo interno de sus residentes? La respuesta a esta pregunta la encontramos en el gráfico inicial: el 6,7% de su Producto Interior Bruto (PIB), según se desprende del último informe sobre estructura fiscal europea publicado por Eurostat.

Ahora bien, tal dato no es sino la media de recaudación o ingresos por IVA de cada economía europea vinculada a la Zona euro, al igual que sucede con el dato de recaudación por IVA de la Unión Europea (6,9%), calculado también conforme a los ingresos medios de todos y cada uno de los estados de Europa adheridos a la Unión.

De manera que si nos fijamos, por ejemplo, en el porcentaje de recaudación por IVA en España -el 5,9%-, podemos observar que es mucho menor que el de Dinamarca o Croacia, dos de los países con mayor volumen de ingresos tributarios por este concepto (9,6% y 12,6%, respectivamente).

¿Por qué hay tantas diferencias?

En primer lugar, porque no todos los países europeos tienen establecidos los mismos tipos tributarios. De hecho, en la actualidad existen hasta diez tipos generales de IVA  distintos en la Unión Europea (sin contar con los reducidos y/o súper reducidos) que oscilan entre el 27% y el 17%.

En segundo lugar, porque no todos los países de la Unión Europea presentan la misma estructura económica. En este sentido, debemos recordar que los datos mostrados hacen referencia a una recaudación en términos de PIB, pero no en términos de consumo propiamente dicho, de tal manera que aquellos países en los que el peso del consumo interno (el IVA grava el consumo de los residentes en el interior del país) sea menor, verán al mismo tiempo diluirse, en términos de PIB, su recaudación, incluso con cierta independencia del mayor o menor nivel del tipo de gravamen de IVA establecido.

Véase así, por ejemplo, que España, el tercer país de la economía europea con menor volumen de ingresos relativos en esta especie de ranking tributario, con un 5,9%, tiene el mismo tipo impositivo que Holanda, Bélgica, Letonia, República Checa o Lituania, y sin embargo en todos estos países la recaudación por este concepto es superior, oscilando entre el 6,6% y el 7,5% del PIB.

Y para concluir, una última razón de las diferencias recaudatorias señaladas la encontramos en el mayor o menor grado de extensión de las prácticas fiscales fraudulentas, así como en la capacidad de los distintos organismos tributarios de Europa para minimizar la extensión y el ejercicio del fraude fiscal.