Estados Unidos ha recuperado en septiembre de 2014 -según datos del Bureau of Labor Statistics– el nivel de empleo previo a la Gran Recesión.

La primera economía mundial ha alcanzado 146,6 millones de personas empleadas, superando así el valor que en noviembre de 2007 constituyó el máximo de su mercado laboral, cuando 146.595 mil personas se empleaban en la economía norteamericana.

De esta manera, la tasa de desempleo registrada en Estados Unidos ha descendido por debajo del 6%, acumulando 48 meses consecutivos de creación de empleo.

Esta encadenación de 4 años de mejoría en el mercado laboral supone un hito de la administración de Obama, tan solo igualado por la de Reagan entre 1986 y 1990.

La economía norteamericana supera por lo tanto las turbulencias laborales a las que hizo frente durante la Gran Recesión y se enfrenta ahora a retos como el de recuperar el poder adquisitivo o el de incrementar la contratación de profesores y maestros, factores que en determinados estados ya se han dejado notar.

Sin embargo, tampoco es oro todo lo que reluce en Estados Unidos y la reducción de la fuerza laboral registrada en el último mes –97.000 personas– pone en tela de juicio la consistencia de la tasa de paro (5,9%) anotada en septiembre de 2014.

Esta última se encuentra en pleno descenso porque -en cierta medida- la población activa también experimenta un proceso de contracción, es decir, está abandonando la búsqueda de empleo.

El porcentaje de la fuerza laboral de Estados Unidos en edad de trabajar (62,7%) se sitúa en mínimos desde febrero de 1978.

La cuestión es si los más de 200.000 empleos creados en el último mes constituirán el suficiente aliciente como para alimentar la esperanza de todos aquellos que en los últimos meses han dejado de buscar.

Así, podría darse el caso de que en octubre tanto la tasa de paro como el nivel de empleo ascendiesen en Estados Unidos.

Paradojas de la economía.