Artículo escrito por Julia Julve
Morir o renovarse; eso debió pensar la banca española hace unos años, cuando decidió introducir los fondos flexibles en nuestro país. Con la caída de los tipos de interés, casi al 0, invertir el dinero en un depósito resulta desde hace algunos años poco atractivo para los inversores. Asimismo, la volatilidad de nuestra economía, ha generado y sigue generando bastante incertidumbre. A raíz de todo esto, ha surgido la corriente de los fondos flexibles, que se han convertido ya en el producto de moda más atractivo para los ahorradores.
Hace tan sólo dos años, los fondos flexibles eran una tendencia incipiente en España sólo conocida por unos cuantos expertos en finanzas y algunas webs especializadas, sin embargo, en la actualidad, los fondos flexibles están arraigando y muchos ya han apostado por ellos. Las claves son evidentes, porque al igual que el juguete ‘slinky’, ese famoso muelle de colores flúor, los fondos flexibles son atractivos por su versatilidad, su rapidez de movimiento y su capacidad de expansión o retracción. Se podría decir, que los fondos flexibles invierten en muchos tipos de activos a la vez, de renta fija y de renta variable, cambiando, además, sus pesos con gran maleabilidad en función de cómo ve el mercado su equipo gestor. Esto supone que al generarse una diversificación bastante amplia del montante total de la inversión, el riesgo se reduce considerablemente.
Denominados también multiactivos, globales o de retorno absoluto, estos fondos destacan por su rapidez a la hora cambiar de estrategia o de reconducir un movimiento. Con esta modalidad, para conseguir la máxima rentabilidad, lo más importante no es el producto en el que se invierte, sino el peso que cada producto (o activo) tiene en la cartera (bonos, bolsa).
Eso sí, para que los fondos flexibles funcionen bien, es necesario conocer y confiar en un buen gestor, igual de dinámico y flexible que los propios fondos. Los gestores son los encargados de realizar una gestión activa y de demostrar su flexibilidad tanto en el conocimiento de la cantidad de activos que van a invertir, como en la rapidez de adaptación al mercado.
Pero no sólo eso, además del gestor es importante analizar lo que cada entidad bancaria ofrece, pero de manera general, algunas de las claves para acertar en la selección son elegir fondos con muchos años de historia y con resultados que muestren que su gestión es correcta a lo largo del tiempo; participar en mercados alcistas; decidir proteger el capital en períodos de corrección; o incluir fondos nacionales e internacionales. Todas ellas son claves que los inversores deberían tener en cuenta. En cualquier caso, los fondos flexibles se van asentando en Europa y son la apuesta de numerosos expertos del sector.