Artículo escrito por Helena Niño
Los nuevos presupuestos que el gobierno ha anunciado para el 2014 no traen nada nuevo. Recortes y más recortes son el día a día del horizonte español con la sempiterna excusa del dedo impositor de la Unión Europea sobre nuestras cabezas.
Dependencia congela la partida con respecto al año pasado, se reducen 13.457 funcionarios de la administración, 7.000 soldados menos, especial recorte en infraestructuras en Asturias, Murcia y Cataluña y recorte del 2% en la partida presupuestaria destinada a la Casa Real que traducido en cifras “reales” son tan sólo 158.670 euros menos.
No me extrañaría que a más de uno le diese por pensar que es más un gesto que otra cosa. Y es que, en tiempos de duros recortes estos simbolismos trasnochados saben a más bien poco porque contrariamente a lo que ocurre en otras áreas en las que al Gobierno no le ha temblado el pulso al meter las tijeras, ha sido éste mismo el que ha salido en defensa de la Corona aduciendo que sólo nos cuesta 0,17 céntimos por español (aunque está demostrado que la factura acaba multiplicándose por 10) y aquí nadie levanta la voz para decir “lo siento mucho, me he equivocado, no lo volveré a hacer”.
La partida para el 2014 será de 7,77 millones de euros, que como bien dice el artículo 65.1 de la Constitución Española, “El Rey recibe de los Presupuestos del Estado para el sostenimiento de su Familia y Casa, y distribuye libremente la misma” Vamos, que no tiene que recurrir a falsear las facturas como los de UGT Andalucía, en Corinnas y safaris porque sus gastos están legitimados por la propia Constitución.
Y si los defensores de los derechos de los trabajadores se gastan 12.716 euros las cenas con barra libre de la Feria de Abril, se compran 200 maletas de viaje con fondos de parados y facturan 563.000 euros por un solo congreso donde hasta se alquiló un piano ¿quién sabe qué no hará la única persona en España, que como dice nuestro texto constitucional, en su artículo 56.3 « es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”?
Al revuelo que han generado la salida de los presupuestos reales y su controvertida falta de transparencia (la Casa Real británica pormenoriza hasta el gasto en lavavajillas) hay que sumar las constantes operaciones del Rey que le están pasando una factura inesperada, ya que en un país con unas medidas de contratación tan duras como las actuales uno no puede evitar torcer el gesto cuando ve a alguien reenganchar bajas (6 solamente en 2013) sin que le den número en la cola del paro.
Como el empeño de los miembros de Casa Real en copar todos los telediarios choca con el miedo de los medios a dar una imagen negativa de éstos los que acaban sacando tajada son medios extranjeros, a los que bien poco les importan los caciquismos españoles, y sí saben cómo aprovechar un buen tirón mediático.
Y así el pasado lunes 18, a las 22:30, nuestros vecinos de CANAL + FRANCIA emitían el polémico documental sobre las horas bajas de nuestra monarquía: Juan Carlos, crepúsculo de un rey.
El reportaje en cuestión no ha tenido mucha repercusión en nuestro país donde ni las cadenas públicas ni privadas han recogido la noticia pero que sí ha encontrado un sitio en internet, donde se ha saltado la tácita censura mediática que “no existe” en este país, y se puede ver íntegro en YouTube con la única pega de que sólo se encuentra disponible en su idioma original. ¿Habrá que esperar a que venga la república para unos subtítulos?
Comentado por la propia cadena como “la caída de un clan”, como si de un capítulo de Los Soprano se tratase, sus autores Caroline du Saint (conocida por otro reportaje muy crítico con Chávez: Hugo Chávez, la gran mentira) e Ibar Aïbar, no dejan títere con cabeza en 53:29 minutos que dan para muchísimo, si el espectador es español y está acostumbrado a la falta de crítica para con la Casa Real.
En un tono contundente y sin concesiones la voz en off de Caroline du Saint narra como en tan solo un año el apoyo a la monarquía ha caído hasta mínimos históricos pasando de un abrumador 70% a un escaso 54%.
El documental pone como punto de partida de la caída en desgracia la famosa cacería en Botsuana que se saldó con varios elefantes muertos y un monarca pidiendo perdón. Las instantáneas del Rey yéndose de safari con un país en crisis consiguieron que la indignación fuese mayor que la prudencia y que hasta los medios españoles se apresurasen a publicar la imagen del monarca orgulloso posando con un animal abatido.
Gracias al inesperado accidente nos enteramos de que el capricho le costaba la nada digna cantidad de 45.000 euros a la semana. Teniendo en cuenta que el salario medio español, según datos del Instituto Nacional de Estadística, es de 23.000 al año, aún nos hace poner los ojos en blanco y tener ganas de gritar a los cuatro vientos: ¡vergogna!, a lo Jorge Mario Bergoglio, el neo-Papa.
El documental además de airear los gastos ostentosos de la Casa Real en uno de los países más azotados por la crisis y el paro de la Zona Euro habla sobre las meteduras de mano en las arcas públicas del suegrísimo, Iñaki Urdangarin, a quien la justicia acaba de embargar el palacete de Pedralbes y sobre el que planean 12 años de cárcel, dejando una imagen de España como un país anacrónico y corrupto al que su propia business class está desangrando.
Como no, aprovechan para darle un repaso a la Reina Sofia, a quién retratan como una “mujer humillada” por el descaro con el que su marido mantiene a su amante, la empresaria alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, en un palacete anexo a Zarzuela, dentro del mismísimo recinto del Pardo.
Debe ser la única mujer de España que no se ha enterado de que el divorcio está legalizado desde el año 1981 y es que como dice la última campaña anti-machismo, Sofi, chica: ¡si te humilla, no te quiere!
El documental habla también sin tapujos sobre la prueba de paternidad de un hombre que, test genético en mano, cuenta que su madre fue una de las amantes del Rey y al que la justicia ignora por la condición de inviolabilidad del monarca o de la soberana pitada que les brindaron a los Príncipes de Asturias en el Liceo de Barcelona, el mayo pasado.
Además, el documental no se limita al presente y bucea en el baúl de los recuerdos real para retratar la juventud de Juan Carlos y su relación con Franco, quien según Paul Preston (historiador y prestigioso hispanista) lo recluyó desde muy joven para formarlo como sucesor del régimen o sobre la manipulación de la relevancia de la figura del Rey en el golpe de estado del 23-F.
En resumen un documental muy recomendable para todo aquel al que le interese un poco saber qué se hace con sus 17 céntimos.
ahí con subtítulos:
http://www.lapaginadefinitiva.com/weblogs/club-pobrelberg/
Gracias Jose!