La cifra de trabajadores pobres en España ya supera los 2,5 millones de personas, según los datos publicados por la OCDE a finales de 2016. En concreto, el 14,5% de los trabajadores españoles vive en unas condiciones situadas por debajo del umbral de pobreza, el ratio más alto de todos los países de la Zona euro, superando a Grecia -un 13,6%- o Italia -un 11,5%-.
El citado porcentaje del 14,5% en España significa que de cada siete personas ocupadas una es catalogada como “working poor” en la terminología empleada por la OCDE, esto es, “trabajador pobre”. Sin embargo, dicho ratio desciende en otros países de la Unión Europea, como por ejemplo Alemania, hasta el 3,5%, o lo que es lo mismo, a una proporción de uno de cada veintinueve.
Si tal y como ya indicamos hace unos días España lidera el ranking de pobreza infantil en el tramo de los menores de 18 años, el comprendido entre los 25 y los 18 años también arroja datos de difícil lectura y defensa, con uno de cada cinco jóvenes (20,1%) viviendo por debajo del umbral de la pobreza. En el tramo de personas comprendidas entre los 26 y los 65 años, la proporción desciende hasta el 16%, o uno de cada seis, mientras que por encima de los 65 años el ratio se reduce hasta el 5,5%, uno de cada dieciocho.
En el contexto internacional, Turquía es el miembro de la OCDE con más porcentaje de trabajadores pobres, el 15,6%, a quien le sucede dos países latinoamericanos, México y Chile, con tasas del 15,3% y 14,7%, respectivamente. De los 35 países de la OCDE, 24 tienen un ratio inferior al 10%, de los cuales 12 presentan uno inferior al 5%.
¿No se debería definir qué concepto de trabajador pobre usamos en esta nota?
Mi enhorabuena por su trabajo. Mi agradecimiento por su esfuerzo, siempre excelente.
Salvador
Muchas gracias Salvador. En el enlace introducido en el texto a la OCDE podrá usted ampliar la información que desee. Cordiales saludos.
En España el capitalismo como principio de ordenación social ni siquiera se desarrolla con el neoliberalismo, sino que evoluciona a una especie de neofeudalismo económico del rentista atrincherado en sus títulos de capital y sus privilegios derivados. En mi opinión la economía en España ni siquiera se concibe como un mecanismo de articulación social, sino que configura un rancio estatuto de sumisión en estratos de capital. Tu observación es una evidencia razonable de esta disfunción de fondo. Gracias.
Muchas gracias a ti Francisco por tu aportación. Un cordial saludo