*La morosidad bancaria del sistema financiero de España continúa pulverizando récords

*La economía española suaviza su decrecimiento, pese al recrudecimiento de la crisis bancaria

Que cada vez resultan más extrañas e inquietantes la mayoría de las noticias referentes a la realidad económica de España es un hecho que nadie podrá negar a menos que no consuma en modo alguno una sola dosis de la información que los principales grupos institucionales y mediáticos ofrecen a la sociedad española en la actualidad.

La última semana, sin ir más lejos, rtve.es informaba de que “la economía española podría haber dejado de caer en el tercer trimestre”, haciéndose eco, así, del último Boletín Económico publicado por el Banco de España en el mes de septiembre.

Si en determinadas ocasiones la inquietud social se genera ante la imposibilidad de divisar el crecimiento económico en el más inmediato horizonte temporal, otras veces la solución mágica y perfecta de la recuperación se presenta de una forma tan absurda y precoz que acaba causando el mismo desconcierto y estupor.

Sin esperar al cierre definitivo del tercer trimestre de 2013, y, anticipándose por lo tanto unos cuantos días a la concreción definitiva de la realidad, tanto el Banco de España como la Corporación de Radio y Televisión Española han pretendido de este modo activar por adelantado en España el chip de la felicidad, vendiendo el actual sueño y letargo español como si de una hermosa pesadilla hubiésemos tenido todos el placer de despertar.

Sin embargo, el infinito y recurrente ascenso de la morosidad bancaria que se perpetúa mes tras mes en el sistema financiero español, bien “podría” haber dejado también de poseer cualquier tipo de virtud estética, en vistas de su deliberada omisión entre los principales factores de análisis de la recuperación económica de España.

De modo que es ahora cuando la verticalidad (en registros de récord) de una de las variables financieras –la tasa de mora– que todo el mundo reconocía en los inicios de la crisis como la más importante señal de que algo en la economía española no acababa de funcionar -tal y como los desarrollos posteriores de las crisis financiera, industrial e institucional han venido con el tiempo a demostrar- se alinea ahora, como decíamos, en perfecta armonía y naturalidad a la supuesta e incipiente recuperación de la economía de España.

Pero si por algo se ha caracterizado en las últimas semanas este blog, ha sido por desnudar la existencia de un número cada vez mayor de correlaciones económicas espurias propagadas por toda una serie de sectores mediáticos que, seamos generosos, no han tenido a bien aplicar el mínimo rigor exigible al análisis de la realidad.

Irónicamente, ha de ser la salud actual de la economía española, por fuerza, tan de hierro, que su crecimiento “podría” estar a punto de llegar incluso aunque desde principios del año 2012 el grifo del crédito se haya cerrado en cerca de 300.000 millones de euros. O incluso aunque los créditos dudosos de las entidades financieras españolas sigan aumentando (en 35.000 millones más desde comienzos de 2012) y la morosidad bancaria esté pulverizando todos los récords y se sitúe ya en el 12% (11,97% para ser exactos).

En cualquier caso, el Ministro de Industria, Turismo y Comercio de España, José Manuel Soria, afirmaba lo siguiente en una entrevista concedida la semana anterior: “En julio, cuando fuimos a Londres, me preguntaron algunos inversores por Bárcenas. En agosto, en Nueva York y el otro día en China, nadie”.

Todavía no se había producido la entrevista de Bloomberg a Mariano Rajoy en Nueva York. En septiembre, después de julio y agosto. Al ritmo que íbamos.