Los gráficos de este artículo muestran los valores acumulados tanto del crédito total concedido por las entidades financieras españolas para la adquisición de vivienda con garantía hipotecaria, como del crédito que dentro de éste tiene la consideración de dudoso.

(Nota metodológica del Banco de España: Créditos dudosos son aquellos créditos que presenten dudas razonables sobre su reembolso total (principal e intereses) en los términos pactados contractualmente. Dentro de estos se incluyen los créditos morosos, que son aquellos que tienen algún importe vencido, bien del principal, bien de los intereses o gastos pactados contractualmente, con más de tres meses de antigüedad)

En primer lugar. hemos destacado el crédito total vivo actualmente concedido hasta marzo de 2012.

A simple vista se puede observar, por ejemplo, que de marzo de 2004 a marzo de 2008 se produjo un aumento considerable de la deuda hipotecaria de los hogares, al pasar de 265.000 millones a 591.000 millones de euros (aumento superior al 120%).

La segunda evidencia de esta primera gráfica es la estabilización en el entorno de los 600.000 millones del crédito concedido desde marzo de 2008.

Crédito Dudoso Hipotecario Viviendas. Año 2012, Millones de euros. España

En cuanto al crédito dudoso, qué podría decirse…

Pues que en un periodo de 5 años (marzo 2004- marzo 2009) experimentó un aumento de más del ¡1.800%!

Posteriormente evolucionó con descensos hasta marzo de 2011, para retomar, a continuación, una nueva línea de ascenso.

No obstante, para tener algo más de perspectiva resulta muy interesante mostrar la cuantía del crédito dudoso en la misma escala que la del crédito total vivo. ¿Qué tenemos?

Crédito y Dudoso Hipotecario Vivienda España. Año 2012, Millones de euros.

Nos encontramos con que, actualmente, el crédito dudoso representa un 3,0% del crédito total vivo.

No parace un dato muy significativo, si bien, hasta marzo de 2008 era inferior al 1%, lo que significa que en estos últimos cuatro años se ha elevado en dos puntos porcentuales.

No parece ser éste, de momento, el más grave problema del negocio de las entidades de crédito españolas.