Como ya hemos comentado en alguna otra ocasión, la evolución del crédito por países en la Zona euro refleja disparidad de trayectorias entre las distintas economías de Europa, pudiéndose observar serias contracciones en el importe total de préstamos al consumo de estados miembros como Irlanda, España o Chipre, por exponer unos cuantos datos y ejemplos fácilmente contrastables en la página web del Banco Central Europeo (BCE).
En el gráfico inicial podemos apreciar las dificultades que tienen determinados territorios económicos en el acceso al crédito, un hecho que ha ocasionado la irrupción en el mercado de nuevos establecimientos financieros como Creditocajero que se orientan a satisfacer la demanda de mini créditos no cubiertos por el canal bancario y que se justifican en las necesidades de consumo puntuales de un elevado número de familias y hogares.
Y no podría ser de otro modo, pues si nos fijamos en el caso de España, observamos que la reducción del crédito otorgado por las entidades bancarias tradicionales a hogares y familias se cuantifica en un 44% tras comparar el nivel del importe total de préstamos concedidos en agosto de 2008 (105.000 millones de euros) y agosto de 2015 (58.800 millones de euros).
Efectivamente, podríamos considerar que el nivel de financiación concedido con anterioridad al estallido de la crisis europea y mundial era excesivo y existía una evidente sobreexposición al endeudamiento, tal y como más tarde se puso gravemente de manifiesto. En otro orden de ideas podríamos ir más allá para reflexionar en torno al modelo de consumo; si éste respondía al equilibrio y la mesura debidos. Por último, quizás también deberíamos atender a la actual composición contractual de España que nos ha traído el nuevo escenario post-crisis: temporalidad, minijobs, devaluación salarial, etc…
Pero ahora, en el epicentro del análisis de estos tres últimos elementos toma fuerza un nuevo modelo de financiación, a saber, la concesión de préstamos rápidos comercializados a través de plataformas Web en internet y orientados a satisfacer la demanda de mini-créditos por importes reducidos y con vencimientos a muy corto plazo. El tiempo nos dirá si surgen, de manera circunstancial o no, en respuesta al actual bloqueo financiero observado en ciertos estados europeos.