Los recientes datos sobre paro juvenil en España publicados por Eurostat no dejan lugar a dudas. El mal es persistente y evoluciona hacia la línea ultra violeta del 60%.
El último registro aportado por el organismo estadístico europeo sitúa la tasa de desempleo juvenil en España en el 57,7%, con fecha noviembre de 2013.
Este ratio supera, cómo no, el consignado en el mes precedente (57,4% en octubre de 2013) y se eleva, asimismo, más de un 2% sobre la tasa existente hace justo un año (54,9% en noviembre de 2013).
Así, el progreso en materia de paro juvenil continúa siendo inexistente, dejando absolutamente al descubierto el rotundo fracaso de las políticas laborales llevadas a cabo en España.
Con casi un millón de jóvenes parados en el último tramo del año 2013 – 983.000-, el número de jóvenes desempleados en España supone en torno al 27% del total de los parados menores de 25 años de la Zona euro.
En el marco europeo, no hay país que supere la tasa de paro juvenil española.
Efectivamente, Grecia posee también una tasa muy elevada, pero no rebasa la de España, por lo que la de aquélla se mantiene como la segunda peor tasa de la Zona euro – ascendiendo igualmente por encima del 50%- siendo sucedida, a continuación, por la de Italia y Chipre, cuyos ratios se cifran en torno al 40%.
La media de la Zona euro de los 17 países se ubica en el 24,2%, siendo alrededor de 3,6 millones de jóvenes los que no encuentran un empleo en la Eurozona.
A falta de los últimos datos correspondientes al mes de diciembre para poder cerrar el ejercicio 2013 estadística y definitivamente, no parece que la evolución del paro juvenil español vaya a ser el factor que marque el punto de inflexión hacia la recuperación.