Una vez transcurridos los meses de verano por excelencia – julio y agosto- la temporada turística española casi puede darse por concluida. Durante estos meses de relajo y dispersión, algunas embestidas mediáticas han pretendido colocar a este sector como el motor de referencia económico español. Veamos en las cifras de paro registrado si ha sido cierto el rumor:
Conforme a los gráficos aportados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, las provincias españolas que experimentaron un descenso del paro registrado total en agosto fueron prácticamente residuales o excepcionales.
Por deducción, la gran mayoría de las provincias españolas registraron más paro, tal y como puede verse en este segundo mapa.
De modo que escasos o prácticamente nulos han sido los resultados derivados de la demora en la aplicación hasta septiembre del aumento del IVA que Cataluña solicitó (y el Gobierno central aceptó) para no perjudicar al sector.
Un sector que se encuentra a la cabeza de los ingresos mundiales por turismo, pero que desde la perspectiva del empleo no puede considerarse, por el momento, la última esperanza para el crecimiento y el bienestar social de la economía española.
Y es que las actividades de servicios han acumulado en agosto de 2012 casi medio millón de parados más de los que existían en las misma fecha del año anterior.
Así que, viendo dónde se acumula principalmente el desempleo español, yo personalmente no me atrevería a ensalzar ni a magnificar la evolución de un sector que, por muchas pernoctaciones de turistas extranjeros alemanes o ingleses que genere, no acaba de convertirse en la referencia económica fundamental que determinados grupos de interés nos quieren hacer pensar.