La ingeniería financiera consiste en combinar instrumentos de inversión y financiación para obtener un perfil financiero distinto al existente. En otras palabras, a partir de productos financieros que ya existen, se desarrollan y diseñan nuevas estructuras complejas y sofisticadas.

En sus orígenes, la ingeniería financiera se desarrolló en operaciones tan sencillas como la sustitución de una póliza de crédito por otra con la intención de mejorar las condiciones de tipo de interés o plazo, el aseguramiento y la colocación de las emisiones de títulos, la sindicación de créditos, etc…

Pero con el tiempo y a medida que el número de instrumentos financieros se hizo cada vez más extenso, las entidades bancarias y los intermediarios financieros, optaron por ir diseñando productos más complejos.

Fruto de esta evolución, los contratos a plazo, futuros, swaps (permutas financieras) y opciones se fueron combinando entre sí para construir estructuras financieras más sofisticadas dando lugar a la ingeniería financiera moderna.

Ejemplos de ingeniería financiera

– Strips de deuda pública: Son bonos segregables que permiten separar los cupones de los títulos pudiendo negociarse de forma separada.

– IRS (Interest Rate Swap): Se trata de un instrumento derivado en el que una de las partes se compromete a realizar a la otra un pago de intereses a tipo fijo a cambio de recibir de la última un pago de intereses a tipo variable.

– Contrato a plazo: por ejemplo, dos partes, se comprometerían a realizar un intercambio de divisas en una fecha futura concreta.

Cuando hablamos de ingeniería financiera, el mes de septiembre de 2008 adquiere una relevancia especial. En ese momento, se produjo la quiebra de Lehman Brothers provocando un tsunami financiero que originó el mayor crack desde 1929. Detrás de esta quiebra se encuentra la comercialización de productos fruto de la ingeniería financiera. Los SIV, conduits, CDOs, titulizaciones respaldadas con créditos subprime y demás productos complejos tomaron protagonismo frente a las inversiones en instrumentos con menor riesgo.

Como ejemplo destacable de este periodo, merece la pena recordar las hipotecas subprime, que eran unos préstamos hipotecarios de alto riesgo que fueron comercializados en Estados Unidos entre clientes con dudosa solvencia y elevada capacidad potencial de impago. La ingeniería financiera en este caso, consistió en retirar estas deudas del balance de las entidades que concedieron la hipoteca mediante su titulización. De esta forma, los inversores que adquirían estas titulizaciones (entidades bancarias, financieras, planes de pensiones, fondos de inversión,…) desconocían el riesgo asumido en su inversión siendo conocido por todos el desenlace.

En el momento actual con rentabilidades bajas fruto de unos tipos de interés en mínimos, los inversores se esfuerzan por encontrar instrumentos que permitan rentabilizar sus inversiones y empiezan a mirar hacia otro tipo de productos. Es precisamente en este entorno, en el cual la tentación de las entidades financieras por diseñar nuevos productos o reciclar estructuras complejas ya existentes se acentúa. De nuevo, el caldo de cultivo para el desarrollo de la ingeniería financiera está servido…

Andrés Lago – Economista en Bancomparador.com