¿A que habéis oído hablar un montón de veces del Producto Interior Bruto (PIB) pero no de la Renta Nacional Bruta (RNB)?
Por esta simple razón -y porque se trata de dos conceptos económicos con un grado de similitud ciertamente elevado- desgranaremos hoy aquí sus principales particularidades.
Sobre el PIB ya sabemos bastante; hace referencia a la producción interna de un país, es decir, al agregado que resulta de sumar diferentes macromagnitudes, fundamentalmente la remuneración global del conjunto de los asalariados y el excedente bruto de explotación empresarial total.
Pues la RNB alude a un concepto prácticamente similar al encarnado por el PIB, con la única singularidad de que aquélla expresa la producción en términos nacionales.
¿Qué cómo se calcula? Muy sencillo; se parte del propio PIB y se realiza un ajuste que consiste en agregar las rentas netas procedentes del resto del mundo, esto es, en sumar las rentas de los factores nacionales obtenidas en el extranjero y en restar, al mismo tiempo, las obtenidas por los factores foráneos en el interior del país.
Por lo tanto, y como resulta fácil de imaginar, podría suceder que el PIB de un determinado país ascendiera a 500.000 millones de euros en un hipotético ejercicio X, por poner un ejemplo, y que su Renta Nacional Bruta se cuantificara, no obstante, en 395.000 millones de euros. Claro, que esto sería así, siempre y cuando la renta generada por los factores extranjeros en el interior del país hubiese superado en 105.000 millones de euros la obtenida por los factores nacionales en el resto del mundo.
Y aunque lo cierto es que la estadística no suele proporcionar diferencias tan sustanciales entre valores de PIB y RNB (o PNB) como en el ejemplo anterior, no deja por ello de ser cierto que el concepto Renta Nacional Bruta pudiera contener -de ser mejorado metodológicamente- alguna de las principales claves sobre el funcionamiento real de la economía mundial.
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