Artículo escrito por Alberto Bianqui, licenciado en Ingeniería Económica
A título personal podríamos definir el concepto de mercado como aquel cómputo de transacciones o acuerdos entre personas físicas. Definimos el término mercado como el acuerdo en sí por la venta o adquisición de uno o más bienes.
El origen de los mercados proviene de tiempos inmemoriales, cuando el hombre se dio cuenta de su capacidad de poseer así como de su deseo de aumentar su posesión. La primera forma de intercambio fue el conocido “trueque”, aquella capacidad de efectuar un intercambio de mercancías. Esta forma de “compra-venta” se quedó escasa, debido a la falta de coincidencias de necesidad existentes para hacer el trueque. Por lo que surgió lo que a día de hoy llamamos “moneda o dinero”. Al principio no eran las conocidas monedas redondas de hoy en día, el término dinero podría hacer referencia a productos como el vino, la sal y más tarde metales preciosos, con los cuales se efectuaba el pago de los productos, solventando aquella necesidad que tenía el hombre de adquirir, creando un sistema de pago que la mayor parte de las personas aceptaba.
En un mercado necesitamos fundamentalmente una serie de requisitos para poder considerarlo como tal. Estos requisitos los reducimos a 4 factores simples que abarcamos de manera coloquial:
- Vendedor
- Comprador
- Bien o producto
- Medio de venta
En un mercado debemos tener una o varias personas (reunidas o no bajo una entidad) que ofrezcan un producto. A su vez debemos tener una o varias personas interesadas en ese producto y por último, además del producto de venta, el medio en el cual se realiza la acción de compra-venta (dícese un parque bursátil o cualquier otro centro, aunque también podemos hacerlo de manera virtual).
Economía de mercado versus Economía planificada
La Economía de mercado alude un sistema regido por una especie de “jungla económica” donde no se poseen ni reglas, ni planificación, ni intervención del estado. Las personas por sí solas son capaces de adquirir y vender en base a su necesidad. Aquí el estado hace el papel de supervisor y el desarrollo del mismo le acontece al sector privado. El producto final depende del buen funcionamiento del mercado.
En la economía planificada el sistema está basado, por el contrario, en el regimiento y mandato previo de una autoridad de gobierno. Sirve colectivamente y no a intereses individuales. Propiedades de las empresas y medios de producción confieren principalmente al estado y en un % menor al sector privado. El estado controla y administra, y la calidad del mercado final depende del buen plano y la ejecución de la planificación previa.
Tipos de mercados (definidos mediante ejemplos)
* Competencia perfecta
Es un tipo de mercado en el que el precio del producto no depende de las empresas sino de la oferta y demanda del mismo. Para el desarrollo de este tipo de mercado han de darse una serie de coincidencias o características:
– Cantidad de compradores y vendedores
– Homogeneidad de producto
– Ausencia de barreras de compra o venta (tasas de transportes, administrativas, etc.)
* Mercado monopolístico
Un mercado de características monopolistas es aquél en el que un único oferente, vendedor o empresa posee un producto insustituible. Sus características son:
– Ausencia de productos sustitutos
– Mandato empresarial en cuanto a la cantidad ofrecida de producto
– No hay competencia del bien ofrecido
* Mercado Negro
Un mercado “al margen de la ley”. Una definición básica sería alegar que un mercado negro es un mercado ilegal, dónde se suelen ofrecer productos prohibidos por el país al que pertenece el comprador. Suele surgir en mercados intervenidos de manera estatal. En tiempo de crisis, la necesidad de productos de primera necesidad obliga a las autoridades a imponer un racionamiento de estos productos así como un control sobre el precio de los mismos. Los productores recurren a este mercado para aumentar sus ganancias, beneficiándose de la existencia de mayor demanda que oferta, pudiendo aumentar sus precios.
* Mercados intervenidos
Aquellos mercados en los que las autoridades de gobierno intervienen en la fijación de los precios de los productos, controlan la demanda y la oferta, y marcan la cuota de producción.
* Nuevos mercados
Para terminar, tratamos la aparición de nuevos mercados. En concreto el mercado de la alta tecnología y su base. Hablar de alta tecnología es hablar de componentes, de todos aquellos micro-fundamentos que la hacen posible. Hablamos de los metales componentes de las baterías, de la nanotecnología y productos derivados, es decir, de las tierras raras o aquellos metales separados hace décadas de los metales comunes que día a día están cobrando una importancia extrema en la fabricación y desarrollo de la tecnología. Pantallas táctiles flexibles, pilas de combustible, turbinas eólicas, todos ellos elementos formados por estos metales, cuyas propiedades magnéticas los han convertido en indispensables para el desarrollo de esta tecnología y cuya demanda -para la producción de dispositivos móviles, por poner un ejemplo- se ha incrementado exponencialmente en los últimos años.
En definitiva, la aparición de nuevos mercados da lugar a la masiva operística de los diferentes complejos empresariales. A título personal, quiero destacar la aparición de la alta tecnología, un mercado en explotación del que nos queda mucho por descubrir, ya que el futuro está en manos de la innovación y su inteligencia al usarla.
¿Imaginamos la vida sin un control de mercado, en el que los vendedores posean el mandato de poder subir y bajar los precios cuando quieran en base a la necesidad de las personas?
¿Anteponemos el coste bajo de un producto a la calidad de uno igual pero más caro?
¿Serán los nuevos avances en tecnología, los dueños de los futuros mercados?