Nueva York en el segundo tramo del siglo XX; una persona cualquiera toma una decisión cualquiera; trabajar como taxista en el turno de noche.
De fondo, una banda sonora siniestra, turbia y amenazante se torna en melodía placentera y cálida al finalizar la noche.
En el asiento del conductor un individuo con su propia visión de la sociedad.
Una visión exquisita o enfermiza en relación a la cantidad de amor u odio que exista en su conciencia.
En el loco o cuerdo ejercicio de su libertad va de una dirección a otra buscando la redención, escapando de la frustración.
Es probable que en lo más recóndito de sí mismo exista un villano. O tal vez un héroe.
Pero no será hasta que la mirada impredecible de la sociedad se eleve sobre él, cuando su destino se decida de manera caótica y caprichosa.